Un ruido sordo y estrepitoso. Como si una cabeza fuera
reventada contra el suelo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Lo que estaba
claro es que alguien más nos acompañaba en aquella excursión.
-Rápido, recoge todo lo que puedas. Voy a ver que ha sido
eso. Si grito corre.
Me dirigí hacia las estanterías sin mirar atrás, me estaba
metiendo en la boca del lobo y lo mejor que me podía pasar era que fuera una
persona. Eso sí hambrienta y pensando que está en peligro.
Me aventuré por el pasillo del que creí escuchar el ruido.
PUM. Golpee una lata destrozada contra las baldas, "genial haz más ruido,
ya sabe que vas hasta su posición". Aquella lata destrozada había dejado
un reguero rojo de tomate. "Menudo desperdicio de comida. El que lo haya
tirado no debe andar muy lejos." Solo podía rezar que no quisiera matarme,
camine entre las sombras lentamente, en el pasillo no había nadie lo más seguro
es que se estuviera o estuvieran escondiendo. Levante la vista y allí
encaramado como una estatua había una sombra, podría agarrarle y tirarle al
suelo sin que se diera cuenta. ¿Como se le ocurría cerrar los ojos en aquella
situación?
Me estaba acercando a la sombra cuando un grito, desgarrado,
profundo y lleno de ira llego a mis oídos. Alargué la mano tiré de la sombra hacía el almacén donde estaba Teresa y
grite:
-Corred!!!
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