Sin pensar...
Por una vez actué sin pensar, agarre su mano y corrí. Solo podía seguir mi
instinto esquivando estanterías y serpenteando pasillos, agarrar la
mochila y su mano con más fuerza y no parar. Y al final darnos de bruces con la
maldita lona azul. Los otros estaban tan cerca que podía sentirlos, aquel
extraño muchacho le miraba como preguntándose cual era su plan y no tenia
ninguno. Justo cuando lo daba todo por perdido la lona se abrió, apareciendo su
salvación al otro lado Teresa.
Cruzo sin pensárselo seguido del chico de las rastas y pulso el botón para
cerrarlo.
-¿Veis una salida?
- Allí hay una ventana podemos acercar unas baldas y salir.
Los gruñidos se oían mucho más cercanos, mi piel se erizaba pensando en que
sería el final. Entonces recordé que Teresa era capaz de puentear un coche y
podríamos ir a mi refugio.
-Teresa, tu saldrás primero. Nada más salir intenta puentear un coche
tenemos que salir cagando leches de aquí o no lo contaremos.
El extraño chico nos miraba riéndose, no sé que le hacía gracia y como no
podía sentir el miedo que se apoderaba de mi a cada segundo que pasaba.
El plan parecía funcionar, Teresa salió por aquella pequeña ventana cayendo
encima de un contenedor y corrió hacia el primer coche que vio como si le fuera
la vida en ello. Después salió aquel extraño y justo cuando estaba acabando de
pasarle las mochilas de suministros...CRASH!!! La puerta de lona azul se rompió
dejando paso a aquellas deformes criaturas. Y pensar que fueron nuestros
padres, madres, hermanos y gente a la que un día quisimos tanto...
Tenía que aprovechar que aún no sabían donde estaba y escapar cuando le vi,
era él. Su rostro estaba deformado, casi irreconocible pero yo que me había
pasado años mirándole podía ver que era él. Su fina piel que tantas veces había
acariciado y besado estaba cubierta por una capa de pústulas e erupciones. Sus
ojos cristalinos cegados por esa asquerosa enfermedad, no le quedaba mucho para
acabar siendo una de esas asquerosas cosas. No podía moverme deseaba ir corriendo
y darle un beso, mi primer amor tan cerca y debía huir. Un grito me saco de mis
ensoñaciones
-Chaval sal de una vez nos van a comer!!- seguido de una carcajada sonora,
ese chico esta loco pensé.
Un último vistazo, ya me habían encontrado y se acercaban a mi, salté.
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