lunes, 20 de julio de 2015

Ale - El reencuentro

Sin pensar...
Por una vez actué sin pensar, agarre su mano y corrí. Solo podía seguir mi instinto esquivando estanterías y  serpenteando pasillos, agarrar la mochila y su mano con más fuerza y no parar. Y al final darnos de bruces con la maldita lona azul. Los otros estaban tan cerca que podía sentirlos, aquel extraño muchacho le miraba como preguntándose cual era su plan y no tenia ninguno. Justo cuando lo daba todo por perdido la lona se abrió, apareciendo su salvación al otro lado Teresa.
Cruzo sin pensárselo seguido del chico de las rastas y pulso el botón para cerrarlo.
-¿Veis una salida?
- Allí hay una ventana podemos acercar unas baldas y salir.
Los gruñidos se oían mucho más cercanos, mi piel se erizaba pensando en que sería el final. Entonces recordé que Teresa era capaz de puentear un coche y podríamos ir a mi refugio.
-Teresa, tu saldrás primero. Nada más salir intenta puentear un coche tenemos que salir cagando leches de aquí o no lo contaremos.
El extraño chico nos miraba riéndose, no sé que le hacía gracia y como no podía sentir el miedo que se apoderaba de mi a cada segundo que pasaba.
El plan parecía funcionar, Teresa salió por aquella pequeña ventana cayendo encima de un contenedor y corrió hacia el primer coche que vio como si le fuera la vida en ello. Después salió aquel extraño y justo cuando estaba acabando de pasarle las mochilas de suministros...CRASH!!! La puerta de lona azul se rompió dejando paso a aquellas deformes criaturas. Y pensar que fueron nuestros padres, madres, hermanos y gente a la que un día quisimos tanto...
Tenía que aprovechar que aún no sabían donde estaba y escapar cuando le vi, era él. Su rostro estaba deformado, casi irreconocible pero yo que me había pasado años mirándole podía ver que era él. Su fina piel que tantas veces había acariciado y besado estaba cubierta por una capa de pústulas e erupciones. Sus ojos cristalinos cegados por esa asquerosa enfermedad, no le quedaba mucho para acabar siendo una de esas asquerosas cosas. No podía moverme deseaba ir corriendo y darle un beso, mi primer amor tan cerca y debía huir. Un grito me saco de mis ensoñaciones
-Chaval sal de una vez nos van a comer!!- seguido de una carcajada sonora, ese chico esta loco pensé.
Un último vistazo, ya me habían encontrado y se acercaban a mi, salté.

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